La voz de la ira también tiene sabiduría.
Hace un par de días, me encontré escribiendo: ¿Puedo ser injusta? ¿Puedo permitirme ser crítica? ¿Puedo por favor permitirme estar enojada, loca? ¿Gritar cosas hirientes? ¿Puedo ser unilateral? ¿Egoísta?
Empecé a escribir todas las cosas que surgían por las que estaba enojada. Y me permití expresarlo completamente. Y de repente, me di cuenta de algo.
Había algo de verdad en las cosas que estaba diciendo. La voz de la ira también tiene algo de verdad. Y claro, no es TODA la verdad. Pero definitivamente hay sabiduría en ello y merece ser reconocida.
Valoro mucho tener la mente abierta, ver diferentes perspectivas y ser justa, comprensiva. Entonces, permitirme ser lo que considero malo, hiriente, 'blanco y negro', se siente como algo retador.
Pero un reto que me ha abierto a más. No solo a más intuición, al sacar a relucir lo que ya sabía en el fondo y que había permanecido oculto con mi rabia. Pero también más ternura y compasión por las partes que duelen en mí y en los demás